jueves, 31 de marzo de 2016

Una hostia se transforma en un pedazo de corazón vivo...


"Amor es la capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para sí mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te satisfaga o te guste.(Wayne DYER)

Se trata de una historia muy poco difundida, atendiendo a la relevancia de sus potenciales consecuencias.

Los estudios mostraron que era una parte del ventrículo izquierdo del músculo del corazón, de una persona de aproximadamente 30 años, sangre grupo AB y que había sufrido mucho al morir, con seguridad maltratado y golpeado.

Los científicos que hicieron el estudio no sabían que era una hostia, se lo dijeron luego de los análisis y quedaron asombrados, pues tiene glóbulos rojos, glóbulos blancos, y células palpitando y latiendo, y al clavarle una jeringa salía sangre.

Cuando pensamos en milagros, generalmente no son los casos de sanación espontánea de miles de enfermos de ébola en África, ni los de potabilización de aguas insalubres en algún lugar de Asia, ni siquiera aquellos de remisión sin ayuda de fármacos de alguna enfermedad terminal en un familiar, ni los de mejora inexplicable de las condiciones laborales de millones de personas, los que nos vienen a la mente.

No. Los milagros en verdad existen. Y con voluntad podemos encontrar algunos recientes, tales como que el análisis químico de la hostia consagrada que apareció en el suelo de una iglesia en Buenos Aires en 1992 arrojara como resultado que en verdad se trataba de un trocito del corazón palpitante ¿de Cristo? ¿de Dios?... de alguien de unos 30 años..., torturado..., y bla,bla, bla...

No. Hay muchos más milagros tooooontos como éste que sólo enternecen a los que ya de por sí están abducidos.

Personalmente, a mí, como agnóstico, no me conmueve lo más mínimo. Sobre todo si echamos sobre la misma mesa las evidencias de que trata el post inmediatamente anterior a éste.

No puedo dejar de preguntarme ¿a qué juega este dios?.

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